A todas las empresas les gustaría contar con el mayor número de empleados posible, pues eso es sinónimo de que crecen como negocio. Sin embargo, incluir a más trabajadores en la compañía no siempre es fácil, porque a veces no se acierta en el momento o en la forma de hacerlo. Hoy te enseñamos cuáles son esos errores a la hora de contratar más habituales.
No tener cultura de empresa
Esta es una realidad que sufren muchos responsables de negocio, que no saben qué espíritu darle a la empresa, no hay ningún hilo conductor que dirija las operaciones. De este modo, contratar a empleados puede llevar a ir dando palos de ciego, sin acertar de lleno en estas intervenciones.
No saber qué se necesita realmente
Otro de esos errores a la hora de contratar es no conocer con certeza qué necesita la empresa para seguir creciendo. La mejor solución en estos casos pasa por preguntar a empleados en la compañía que hagan una función similar y, a partir de ahí, buscar candidatos que se ajusten a ese perfil.
No conocer a fondo a los candidatos
En las entrevistas de trabajo también se cometen muchos fallos, y no solo los candidatos, sino también los responsables de recursos humanos. Uno de esos errores es no interesarse por los conocimientos de los candidatos y dedicar todo el tiempo a buscar respuestas a sus preguntas. Si los encuentros son más fluidos, con más participación de los aspirantes, la empresa estará más cerca de contratar al empleado ideal.
Contratar únicamente a becarios
Sí, es cierto, muchas empresas no cuentan con suficiente recursos en sus inicios para fichar a profesionales, pero poner todo en mano de becarios tampoco tiene mucho sentido. Es uno de esos errores a la hora de contratar en los que caen muchas compañías y además supone una carta de presentación poco atractiva de cara a los futuros inversores.
Los candidatos tienen sus propias capacidades
A pesar de que la vacante esté muy bien definida, hay que ser muy flexible a la hora de contratar a un empleado. No basta con acudir a aquel que se ajuste al perfil descrito, sino que hay que valorar sus habilidades, que pueden ir más allá de las que se buscan desde la empresa.
No hay que despedir a la ligera
Existe un principio, una norma, o una tendencia, en las startups, que aboga por contratar despacio y despedir deprisa. Es decir, tomarse suficiente tiempo como para tomar la decisión para incorporar gente al equipo pero no mostrar flexibilidad cuando la decisión no resulta acertada. El error aquí es esa flexibilidad, hay que buscar siempre opciones que no sean tan bruscas, para promover el crecimiento de la empresa.