La financiación es una de las grandes barreras que tienen muchas pymes para salir adelante, pero es también un obstáculo que se puede solventar con buenos proyectos y alta capacidad de persuasión.
Dos de los vehículos financieros más populares son los préstamos y créditos pymes. Hay gente que los considera sinónimos, pero en realidad son productos que se diferencian mucho entre ellos.
Prestamos pyme
Los préstamos pyme consisten en operaciones en los que una determinada entidad actúa como prestamista y una empresa, en este caso una pyme, solicita una cantidad concreta de dinero.
La pyme debe devolver la cantidad solicitada en el tiempo acordado junto con los intereses también concordados. El préstamo se va devolviendo mediante cuotas. En este proceso debe existir un contrato que de validez a la operación.
Créditos pyme
Los créditos funcionan de manera diferente a los préstamos. En este caso una entidad pone en manos de una pyme una cantidad de dinero máxima a la que puede acudir la pyme durante un periodo de tiempo concreto. Esta fórmula financiera ofrece más flexibilidad para la empresa que recibe el dinero.
Las principales diferencias
Préstamos y créditos pymes se utilizan para acciones diferentes. El préstamo es útil en caso de una necesidad concreta de dinero, ya sea para comprar maquinaria, un local, un vehículo… y en cambio los créditos están más orientados hacia situaciones de falta de liquidez a las que no es imposible hacer frente.
A su vez, el préstamo tiene un límite temporal, llega un momento en el que finaliza la operación, que es cuando se devuelven todas las cuotas. En el caso de las líneas de crédito, esto no ocurre así, pues se puede ir renovando a medida de que acaba la operación.
Finalmente, con el préstamo la empresa dispone del dinero de manera inmediata en su totalidad. Cuando se abre una línea de crédito esto no funciona así, sino que hay una cantidad de fondos determinada que está disponible durante todo el tiempo acordado.
Los créditos se utilizan normalmente para cubrir necesidades y gastos cotidianos,, mientras que los préstamos están más orientados hacia grandes inversiones que requieren mucha liquidez.